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viernes, 25 de junio de 2010

Oscar, el gato biónico







Oscar el gato sufrió un grave accidente en una granja que le hizo perder sus patas traseras. El destino de Oscar podría haber sido andar por la vida con un carrito amarrado al trasero, arrastrando un par de ruedas. Pero el veterinario neuro-ortopédico Noel Fitzpatrick encontró un nuevo remedio para este gato: patas biónicas.

El veterinario sujetó un par de implantes metálicos fabricados especialmente (llamados prótesis intraósea transcutánea) a los huesos de las peludas piernas de Oscar. Los implantes se ven como protuberancias que salen desde la piel del gato, a los que se le agregan unas patitas artificiales al final, que le permiten a Oscar caminar normalmente.

“La revolución con Oscar es que pusimos un pedazo de metal y un anillo en los que la piel crece transformándose en un hueso muy apretado”, comentó Fitzpatrick a la BBC. “Hemos logrado hacer que el hueso y la piel crezcan en el implante y hemos desarrollado una ‘exoprótesis’ que permite que este implante trabaje como un balancín al final de la pierna del animal, dándole un movimiento efectivo y normal”, agregó.

Este método está siendo probado en humanos que han sufrido amputaciones, que serían menos molestas y más efectivas que las prótesis actuales, que se ponen sobre el muñón.

miércoles, 23 de junio de 2010

Hallan en Roma las imágenes más antiguas de cuatro apóstoles

23/06/10 Son del siglo IV y las habría encargado una noble romana para decorar su tumba.

Icono de San Pablo. | Efe

Icono de Sa

Las imágenes más antiguas de los apóstoles cristianos conocidas hasta ahora fueron descubiertas en los cimientos de un edificio de los años 50 , gris y nada vistoso, a pocas cuadras de la basílica de San Pablo Extramuros en Roma, en los restos de lo que fueron las catacumbas de Santa Tecla.

El descubrimiento fue anunciado ayer por el encargado de trabajos públicos del municipio de Roma, Fabrizio Bisconti, y la directora de la restauración, Barbara Mazzei.

Las preciosas pinturas son de finales del siglo IV y fueron encargadas probablemente por una noble romana del tardío Imperio que, a pesar del temor a las persecuciones religiosas en esos tiempos, quiso decorar su tumba para protegerla en el más allá por Pedro, Pablo, Andrés y Juan.

“Son las primeras imágenes conocidas de los apóstoles. Pedro aparece en algunas ilustraciones ya desde mediados del siglo IV, con características fisionómicas similares, pero nunca solo”, subrayó Bisconti. En tanto, las de Andrés y Juan son las representaciones pictóricas más antiguas halladas.

En junio de 2009, el diario de la Santa Sede, L’Osservatore romano, había anticipado el hallazgo de la imagen más antigua de San Pablo. Pero desde entonces, los responsables mantuvieron la reserva más absoluta.

Monseñor Gianfranco Ravasi, presidente de la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada señaló que, tras el primer año de trabajo, los restauradores abandonaron los métodos tradicionales y optaron por utilizar una sofisticada tecnología de rayos láser .

“Esto nunca había sido intentado en un ambiente de catacumbas, estrecho y extremadamente húmedo”, explicó. Y agregó que gracias al láser “fue posible separar la espesa capa de caliza que cubría los íconos”, llevando lentamente a la luz la imagen de los cuatro apóstoles.

Se trata de r etratos paleocristianos, en forma de clípeos (rostros engarzados en un marco redondo ), con las características típicas de la iconografía de la Iglesia primitiva: Pedro con mirada concreta, cabello y barba blanca, Pablo con los rasgos típicos del pensador espiritual. El aspecto de Andrés es desaliñado e impetuoso, mientras Juan, de acuerdo con la tradición, fue pintado como el integrante más joven del grupo de apóstoles.

El cubículo que servía de tumba para la noble que encargó los retratos está en la galería final de una catacumba en la que hay pinturas de episodios del Antiguo Testamento, como el ciclo de Jonás y Daniel en la fosa de los leones. Entre las figuras de Pedro y de Pablo, la mujer dispuso su propia imagen, acompañada por la de su hija, protegidas por los apóstoles principales de una religión que crecía en Roma.