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martes, 20 de julio de 2010

El Día Del Amigo: un invento bien Argentino!


El Día Internacional del Amigo es una celebración ecuménica, que nació de la inquietud de un pensador argentino, el Dr. Enrique E. Febbraro, que sentía que era necesario una celebración de las virtudes más altas del ser humano.

En el año 1968, la carrera por alcanzar el sueño de la conquista del espacio llegaría en pocos meses más a su punto culminante, pues hacía tiempo que el hombre había comenzado a derribar barreras e iba produciéndose un acercamiento universal.

Este vertiginoso afán por trasponer las fronteras de la tierra y llegar a los confines del universo hacía que los hombres necesitaran cada vez más acercarse hacia otros hombres de ideologías, credos o razas diferentes, para lograr objetivos comunes (¡siempre es más fácil hacerlo en equipo!).

El objetivo concreto era llegar a la luna, y muchas personas tomaron conciencia de que la unión con sus semejantes los ayudaría a lograr más rápidamente el objetivo, ya que esta conquista había acaparado la atención y el interés de todos los seres humanos.

Este trabajo de los hombres unidos para conseguir la meta deseada, fue la fuente inspiradora de una persona que se encontraba en algún rincón del mundo, más precisamente en un lugar llamado Lomas de Zamora, en la República Argentina: Enrique Febbraro, Doctor en Odontología, Profesor de Historia y Ética, no quiso dejar de honrar este esfuerzo de la humanidad toda, ya que el hombre estaba construyendo una alianza sin fronteras y comenzaría a establecer vínculos de amistad entre todos los seres de la tierra.

Para concretar su homenaje, solicitó la colaboración de algunos amigos y personas cercanas a su pensamiento, y formó un equipo que trabajó durante un año sobre esta idea, bajo un concepto innovador: "Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. Él me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer". Fue así que, como corolario de su tarea, instituyó el 20 de Julio de 1969 como el "Día Internacional del Amigo", en coincidencia con la llegada del hombre a la luna.

A partir de allí comienza un largo peregrinar del grupo de Dr. Febbraro, para difundir la idea y lograr el consenso necesario para celebrar el Día del Amigo. Su tarea se llevaba a cabo con un lema: "UN PUEBLO DE AMIGOS ES UNA NACION IMBATIBLE", y destacaban que sería una celebración ética, sin fines de lucro ni de fomento al consumo.

¿Cómo se hace un amigo? ¿Dónde se lo encuentra? El profesor comentaba que en cualquier parte: en el bar, en la oficina, en otra ciudad, en aquel país, a la vuelta de la esquina, a través de Internet, viajando, entre los animales y las plantas, o en el mundo de las ideas. Sólo hace falta alguna disposición a amar, a escuchar, a comprender, a abrirse al otro, a dar, a sentir placer de compartir su dicha y de acompañarlo en su pena.
¿Cómo se conoce al amigo? "Es fácil, porque no se lo ve, se lo siente", decía nuestro amigo Febbraro. También apuntó que "Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño.

Buscó también a otras personas para popularizar su iniciativa. De esta manera se encuentra con Mirta Lancillotta Duarte, de la Provincia de Mendoza, Argentina, quien el 20 de Julio de 1988, funda el Banco Mundial de la Amistad, que se extiende actualmente por 82 países. La señora Duarte ha recibido numerosos premios y distinciones a nivel nacional e internacional, como continuadora de la obra emprendida por el Dr. Febbraro.

jueves, 15 de julio de 2010

Reforma protestante: intolerancia persecucion y saqueo


En la Historia no hay nada más incorrecto que aseverar que la Reforma Protestante fue un movimiento a favor de la libertad intelectual. La verdad es que fue todo lo contrario. Para los luteranos y calvinistas, es cierto, representó su libertad de conciencia, pero el concederles esto a los demás, es falso, no mientras ellos dominaran la escena. La eliminación completa de la Iglesia Católica y de todo lo que se les oponía en su camino fue considerado por los reformadores como algo perfectamente natural. (Grisar, VI, 268-269; Dollinger: Kirche und Kirchen, 1861, 68)
Si alguien todavía alberga el típico prejuicio de que los primeros protestantes eran más tolerantes, debe ser desengañado. Salvo por algunos dichos liberales de Lutero, correspondientes a sus primeros años cuando carecía de influencia, es casi imposible encontrar algo en los líderes reformistas a favor de la libertad de conciencia. Tan pronto como tuvieron a su alcance el poder para dominar, lo ejercieron. (Smith, 177)
Los perseguidos convertidos en perseguidores.
Una de las muchas ironías tragicómicas de la Revolución Protestante es el hecho de que incluso los perseguidos protestantes fallaron para ver la luz: A menudo, la resistencia a la tiranía y la demanda de libertad religiosa se combinan, como en la revolución puritana en Inglaterra, y los victoriosos, habiendo logrado la supremacía, implementan una nueva tiranía y una nueva intolerancia. (Harkness, 222)
Multitud de inconformes huyeron de Irlanda e Inglaterra hacia América; lo que es sorprendente de este hecho es que, después de sus experiencias, esos fugitivos no aprendieron la lección de tolerancia y no le otorgaron libertad a aquellos con quienes diferían. Cuando se encontraron ellos mismos en la posición de perseguidores, fueron aún más duros que lo que vivieron como perseguidos. Entre los que atacaron estaba la sociedad de Amigos, mejor conocidos como Cuáqueros. (Stoddard, 207)
Durante 1536-40 su suscitó un cambio. La tentación de saquear bienes de la Iglesia y el hábito de hacerlo habían aparecido y estaban creciendo. Esto creó con rapidez un interés personal para promover cambios en la religión. Los que atacaron a la doctrina católica, por ejemplo, el celibato en las órdenes monásticas, les abrieron la puerta a los príncipes para tomar los cuantiosos bienes de la Iglesia. Las propiedades de los conventos y monasterios fueron saqueados en grandes cantidades en muchas partes de la cristiandad, en Escandinavia, las Islas Británicas, el norte de Holanda, gran parte de Alemania y en muchos cantones en Suiza. Los bienes de los hospitales, colegios, escuelas, gremios, no fueron incautados en su totalidad. Sin embargo, un cambio económico de esa magnitud en tan corto tiempo, es algo que la civilización no ha vuelto a ver. Los nuevos aventureros y los aristócratas, que de la noche a la mañana se habían enriquecido, consideraron que el regreso de la Iglesia Católica representaba una amenaza para sus inmensas nuevas fortunas. (Belloc, 9-l0)
Las ciudades se encontraron con un Protestantismo muy rentable, a cambio de la distorsión teológica, ellos escaparon de los impuestos y las cortes episcopales, y se podían apropiar con tranquilidad de las tierras y propiedades de la Iglesia. Los príncipes no solo se consideraban señores temporales, sino también espirituales, de esta manera, toda la riqueza de la Iglesia podía considerarse suya. Los príncipes simpatizantes del movimiento luterano clausuraron todos los monasterios en sus territorios excepto algunos en los que sus internos habían abrazado la fe protestante. (Durant, 438-439)

El gran pensador europeo y hombre de letras, Erasmo, quien favorecía la Reforma en sus inicios, se torno en contra de ésta al observar sus frutos, unas semanas antes de la Dieta de Worms, el 10 de mayo de 1521 escribía acerca de quienes codician los bienes de la Iglesia:

Esto sin duda le da un giro a los acontecimientos, si las propiedades de los sacerdotes les son quitadas por los soldados de esa manera tan inicua, para que éstos las usen de la peor manera, desperdiciándola a su propio beneficio, entonces nadie sale beneficiado. (Erasmus, 157)